Nuestro secretario general, Pablo Perazzi, dialogó con Estratósfera sobre la profunda crisis salarial que atraviesa el sector universitario y la preocupante falta de respuestas por parte del gobierno de Javier Milei. “No tenemos ningún tipo de diálogo con el gobierno nacional porque no atienden el teléfono, lo cual pinta de cuerpo entero lo que significa para el gobierno la educación superior”, denunció.
Para que lxs docentes universitarixs recuperemos el poder adquisitivo que teníamos hasta diciembre de 2023, el Estado debería aplicar un aumento salarial del 39%, retroactivo a febrero. Mientras tanto, la realidad es crítica: un ayudante de primera con dedicación simple (10 horas semanales y 8 años de antigüedad ) percibe apenas 171.000 pesos en mano.
A pesar del embate contra la universidad pública y de los retrocesos ya evidentes en áreas clave como la ciencia, la tecnología y las humanidades, producto directo del desfinanciamiento de las investigaciones, el sistema universitario argentino se sostiene sobre una historia varias veces centenaria y una solidez institucional que no será fácil de derribar. “La Universidad de Buenos Aires tiene más de 200 años, la de Córdoba más de 400. No se las van a llevar puestas, porque es como llevarse puesta a la Argentina misma”, afirmó.