En esta clase del programa ITD, Dora Barrancos (Miembro del comité académico del ITD, Licenciada en Sociología y Doctora en Historia y asesora presidencial) se refirió al panorama actual de ciencia y técnica en relación a la dimensión sexo genérica. Para ello realizó una lectura de lo que han sido los feminismos en América Latina y del actual “derrame” popular del feminismo.
En nuestra región, las luchas por los derechos de las mujeres comienzan en la primera segunda década del siglo XX. Por su parte, lo que conocemos como la “primera ola” se ubica a mediados del siglo XIX y cuenta con cuatro elementos fundamentales entre los cuales podemos destacar la igualación civil de las mujeres, ante la inferioridad jurídica que marcaba el código napoleónico, y el sufragio. Las mujeres, concebidas como incapaces relativas, no podían educarse ni realizar actividades económicas sin el consentimiento de un marido. «Allí aparece una primera semiología que habla de las luchas reivindicativas de las mujeres con el nombre feminismo» sintetizó Barrancos.
En la Argentina, recientemente, hemos conmemorado los 70 años de la primera vez en que las mujeres pudieron ejercer el derecho al voto, si bien en 1926 se realizó la primera reforma del código civil. Tras la Segunda Guerra Mundial, el Consejo Interamericano de Mujeres apoyó la procura de derechos políticos para las mujeres, siendo Paraguay el último país de nuestra región en incluir a las mujeres en los conjuntos de leyes que regulan las relaciones civiles y políticas.
El tercer derecho reclamado por nuestras antecesoras se relacionaba con la educación, en tanto a las mujeres se les negaba el pleno acceso a las universidades. Es destacable que “Medicina fue un lugar con cierta amigabilidad de aceptación de mujeres, por la sencilla razón que se considera que las mujeres están habilitadas para el cuidado por naturaleza”. Asimismo, para los años 60, se constata una creciente presencia de mujeres en las universidades en todos los países de América Latina, si bien más del 85% de los docentes eran varones. Durante ese periodo se van a dar modificaciones importantes tales como una inserción masiva de mujeres a la Informática.
Hasta ese momento, las feministas provenían de sectores letrados de la población y con algunas excepciones de comunidades indígenas o afrodecendientes. Pero a fines de la década del 60 surge una renovación del feminismo que se va a dar en la articulación con la guerra de Vietnam, la luchas de las poblaciones negras, la revolución cubana, las revoluciones estudiantiles, el movimiento hippie y las luchas decoloniales en el mundo. “Se trató de una insurgencia universal donde las mujeres decidieron retomar sus cuerpos, fundando así la epistemología feminista que visibiliza el determinante patriarcal a lo largo de los tiempos” explicó Barrancos. Sin embargo en el cono sur se vivían momentos diferentes con la suspensión del Estado Derecho, por lo que la preocupación principal de la juventud no abarcaba al feminismo, sino la desigualdad sociomaterial.
En Argentina, el significado de las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo se construye como una desmentida completa a las presunciones patriarcales que describían a las mujeres como débiles y depósito de emociones que las invalidaban para la política. En cambio, el conocimiento se construye con pasión, como afirmó Thomas Kuhn, y la exclusión en términos de género es una perdida para la humanidad.
Para concluir, Dora Barrancos resaltó cómo la lucha de las mujeres en nuestro país ha permitido una constelación de derechos. De este modo se ha avanzado con políticas de género tales como la Ley Micaela, la Ley de matrimonio igualitario, la Ley de cupo laboral travesti trans y la Ley de identidad de género que posibilitan ciudadanía completa a todo el arco sexogenérico, más allá del binarismo clásico. “En plena pandemia hemos conseguido una serie de conquistas fundamentales. La ley relacionada con la legalización del aborto en nuestro país que para quienes veníamos luchando durante tantos años fue un momento muy conmovedor” finalizó.