En el marco del ITD Alejandra Roca (Codirectora ITD) brindó una clase sobre las transformaciones del campo de la ciencia, la tecnología y la sociedad (CTS) hasta llegar a lo que se denomina como los estudios sociales de la ciencia y la tecnología.
Los estudios clásicos acerca de la ciencia y la tecnología se inician con Robert Merton a partir de la idea de un “Ethos Cientìfico” basado en el universalismo, el comunalismo, el desinterés y el escepticismo organizado. A partir de la metáfora del laboratorio como espacio neutro en términos políticos que anula el contexto y los intereses ideológicos y económicos, se construye una idea de ciencia a disposición de la humanidad. De este modo, el conocimiento es pensado como una suerte de “stock” que permite el desarrollo de la ciencia y la tecnología de manera lineal.
En los años 60 Thomas Kuhn introduce la noción de paradigma, lo cual influenció en la reflexión acerca de la ciencia y la tecnología. A partir del surgimiento de “los paradigmas tecnológicos” se empieza a hablar de la inconmensurabilidad de las grandes estructuras así como del desarrollo y la evolución autónoma de las mismas y se empieza a cuestionar el hecho de un avance progresivo y lineal de la ciencia.
Por su parte, Pierre Bourdieu rompe con la teoría de Merton acerca de una comunidad científica, que invisibilizaba las luchas por el poder en las formas de producir conocimiento, e introduce la idea de “capital científico” y al prestigio como “moneda” de dicho campo. En consecuencia la carrera científica se presenta como un proceso continuado de acumulación cuyo capital inicial es el título y el capital cultural simbólico heredado. Es así que se empieza a considerar que la ciencia no es neutra ni desinteresada, sino que se trata de una ficción interesada que está vinculada a la representación de un mundo social.
El campo del CTS, es un campo de debate político con una larga historia por fuera de la academia, al contrario de los estudios sociales que se consideran como parte de un campo estrictamente académico. En los años 80 diferentes disciplinas, como la sociología, la historia, la filosofía, las ingenierías, la física, la antropología y los estudios culturales empiezan a confluir en los estudios sociales de la ciencia y la tecnología (SSTS). De esta manera fue posible cuestionar la neutralidad, el determinismo y la autonomía de la CyT. Las tecnologías dejaron de ser concebidas como procesos autónomos y lineales que solo respondían a una lógica interna de incremento de eficiencia, y pasaron a considerarse como procesos multidireccionales de variación y selección dependiente de una diversidad de agentes sociales. “Los autores de los estudios sociales plantean que la tecnología es indisoluble de la normativa que la acompaña, del financiamiento que le da la posibilidad de desarrollarse y de los intereses estratégicos, así como de las dimensiones políticas que logran que dicho conocimiento se estabilice, se produzca o decaiga” sintetizó Roca.