Esther Levy realiza un balance del PADOC, una propuesta formativa destinada a brindar herramientas didácticas y pedagógicas a quienes se desempeñan en la docencia universitaria. Esta novena cohorte, compuesta por docentes del país y la región, estuvo atravesada por el contexto mundial y la virtualidad forzada. Su compromiso, responsabilidad y confianza hicieron que potenciara al máximo su capacidad creativa para pensar la universidad en contextos adversos.
La cohorte 2020 está finalizando y no fue una más. La inscripción aumentó sustancialmente (de 248 inscriptos en 2019, pasamos a 450 en 2020), la estructura y cronograma se reorganizó pensando en un mejor aprovechamiento de los tiempos y el aumento de la participación de docentes de países de la región (Brasil, Chile, Bolivia, Nicaragua, México, Uruguay, Colombia, Venezuela, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Costa Rica, El Salvador, etc.) así como de diferentes Universidades Nacionales de Argentina (La Rioja, Villa Mercedes, Rosario, Buenos Aires, Universidad de las Artes, Arturo Jauretche, Madres de Plaza de Mayo, San Juan, Tucumán, Comahue, Corrientes, Misiones, Entre Ríos, San Luis, Cuyo, Santiago del Estero, etc.) imprimieron ritmo de trabajo basado en el intercambio de experiencias y puntos de vista que dinamizó el vínculo entre quienes cursaban y entre éstos y el equipo docente y de conducción.
Pero el ciclo 2020 no escapó al contexto mundial y fue impactado como todos los espacios de la vida cotidiana de los y las trabajadores y trabajadoras. Los condicionamientos que impuso la pandemia del Covid 19, la situación educativa frente a la no presencialidad, la virtualidad forzada como único recurso “material” para continuar dando clases (porque los y las docentes nunca dejamos de dar clases), la incertidumbre y la escasa previsión sobre lo que vendrá, fueron factores que atravesaron a toda la docencia universitaria. Por eso, desde el mes de abril, antes del inicio de la 9na cohorte, realizamos encuentros abiertos sobre uso pedagógico de las Tics en escenarios no presenciales, abordando la compleja cuestión de la brecha digital tan mencionada y tan poco discutida.
De esta manera, desde el PADOC tomamos nota del escenario y para la cohorte 2020 propusimos abordar la cuestión de la enseñanza en escenarios virtuales modificando y adaptando contenidos, profundizamos el enfoque pedagógico, impulsamos una mayor participación en los foros temáticos de cada módulo, realizamos talleres sincrónicos e invitamos a especialistas reconocidos en el campo de la Universidad para que dieran clases abiertas para todos aquellos y aquellas que quisieran participar más allá de quienes estaban cursando. Entre los y las invitadas estuvieron Graciela Morgade, Axel Didrikson, Francisco Ramírez, Claudio Suasnabar, Eduardo Rinesi e incluso Pablo Molina Derteano, el Co Director del PADOC. Se modificó y reestructuró el Trabajo de Integración Final (TIF) de cara a los desafíos áulicos que impone la no presencialidad y la inclusión de las tecnologías no tan nuevas que preexistían al ASPO pero que poco usábamos para enseñar (y aprender). En definitiva, fue un año complejo para la educación en general y la universidad en particular donde el compromiso, la responsabilidad y la confianza hicieron que esta cohorte potenciara al máximo su capacidad creativa para pensar la universidad en contextos adversos, donde docentes y estudiantes trabajamos pensándonos comprometimos con mantener la continuidad educativa a pesar de la falta de equipamiento, conectividad y escasos conocimientos informáticos. Esto fue posible porque la premisa con la que se edifica este proyecto de formación docente es que el proyecto es pedagógico no puede darse sin la participación activa de los y las docentes y el uso de los recursos virtuales para enseñar es entendido como un apoyo a la enseñanza y no como el eje de la misma.
Desde FEDUBA y a través del PADOC entendemos a nuestra propuesta formativa desde dos objetivos. Por un lado, apuntamos a proponer herramientas que mejoren las prácticas de enseñanza de modo de lograr que los y las estudiantes aprendan más y mejor en las aulas de las universidades (desarrollo del pensamiento y juicio crítico son el eje de la estrategia formativa). Por otro lado, el PADOC nace en el seno del Sindicato de Docentes de la UBA, FEDUBA, y desde este lugar también se plantea la cuestión del derecho al trabajo y las condiciones para acceder a cargos regulares, concursados según las normas institucionales. De ahí que la evaluación de cada cohorte está pensada en relación a las herramientas pedagógicas y didácticas básicas que no sólo permitan enseñar sino también ganar los concursos.
El cierre de la cohorte 2020 nos dejó también desafíos sobre cómo imaginar el escenario de la Universidad Pública pos pandemia, el nuevo lugar de las viejas tecnologías en la propuesta pedagógica, la evaluación, el concepto de calidad en educación y centralidad de la formación pedagógica del docente universitario. Desde este lugar ya estamos pensando la cohorte 2021 en la cual esperamos contar con quienes aún no han participado en este proyecto que llevamos adelante desde FEDUBA/CONADU, la Facultad de Ciencia Sociales de la UBA y Clacso.