El 26 de junio de 2002 la policía bonaerense asesinó a Darío Santillán y Maximiliano Kosteki. Ello marcó un punto de inflexión en la historia de nuestro país.
Con la convicción de que el destino de la Universidad está atado al destino de nuestro pueblo, y que no hay reforma universitaria sin reforma social; reafirmamos nuestra voluntad de que las universidades públicas sean territorios de intervención desde donde jóvenes como Maxi y Darío encuentren el espacio para construir una Patria Libre, Soberana, Latinoamericana y Feminista.