Compartimos el último encuentro virtual de la materia “Normativa Laboral, Dictadura y Resistencia; desde 1976 a nuestros días”, una iniciativa de docentes de la Facultad de Derecho de la que participan FEDUBA junto a la Intersindical de Derechos Humanos.
Para darle cierre a la materia María Andrea Cuéllar Camarena convocó a Ana María Careaga, secuestrada en el año 1977 en el Centro Clandestino de Detención Club Atlético y actual referente de la defensa de los Derechos Humanos.
En este video Ana María se refirió a la lucha histórica del movimiento de Derechos Humanos en la Argentina y al proceso de Memoria, Verdad y Justicia. Esta triada formó un “pacto civilizatorio” que se convirtió en la base para pensar la lógica de los Derechos Humanos en nuestro país y que está estrechamente relacionada con la última dictadura cívico militar. Es a partir del 24 de marzo de 1976 que se inaugura una lógica represiva de desaparición forzada de personas, con el soporte material de los Centros Clandestinos de Detención. Si bien la detención y tortura tiene sus antecedentes en los grupos parapoliciales amparados desde el Estado, a partir de lo que se autodenominó “Proceso de Reorganización Nacional” se instala sistemáticamente. Es necesario destacar que la dictadura no fue un hecho aislado, por el contrario, se trató de una prolongación de aquella alternancia entre golpes militares y democracias formales pero también fue una ruptura de la metodología aplicada y sus consecuencias. Además, fue bajo la doctrina de la seguridad nacional impulsada por EE.UU que se instauraron dictaduras en toda la región mediante lo que se denominó “Operación Cóndor”. Este instancia de “golpe colectivo” en el cono sur de América apuntaba a generar las condiciones de posibilidad de instauración de modelos neoliberales. Para lograr este objetivo fue necesario sembrar el terror y así destruir la capacidad de resistencia de una clase trabajadora que se opusiese a este modelo económico.
“En la Argentina hubo una represión clandestina que funcionó como un secreto a voces” afirma Ana María. Resalta el accionar de la “opinión pública” y como colaboró a construir un discurso para justificar mediante un “por algo será” la desaparición sistemática de personas. Esto permitió luego, en el advenimiento del Estado de Derecho y el conocimiento de los primeros testimonios, la justificación basada en el “yo no sabía nada”. Estos son ejemplos de los distintos modos de construcción de una opinión pública que desecha la lógica de Memoria, Verdad y Justicia.
El pedido de verdad se construyó a partir de la pregunta de las Madres por conocer el paradero de sus hijxs, que finalmente logró darle una entidad a la figura de lxs desaparecidxs y convertir a esa lucha en imprescriptible. Fueron las Madres en su pedido de Memoria, Verdad y Justicia quienes lograron construir un discurso alternativo al discurso hegemónico de invilibización de lxs detenidxs-desparecidxs.
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