Junto a miles de personas estuvimos en la Marcha Federal del Orgullo Antifascista y Antirracista para decirle basta a los discursos de odio, al brutal ajuste sobre jubilaciones y salarios, a la destrucción del aparato productivo, al desmantelamiento del estado y a la entrega de la soberanía nacional.
Dos semanas atrás, en el Foro de Davos, el presidente volvió a evidenciar su total desprecio por los valores democráticos y las leyes fundamentales que garantizan la igualdad, la no discriminación y los derechos de las mujeres y las diversidades en nuestro país.
Las violentas declaraciones de Milei en Davos repitieron las falacias que la ultraderecha mundial utiliza para atacar los derechos que protegen a las poblaciones más vulnerables, mediante el desprestigio de las políticas de género y la estigmatización de la comunidad LGBTQ+.
Dichas expresiones no hacen más que fomentar la discriminación y la exclusión e incitar a la violencia colectiva, y contradicen el principio de libertad individual que él mismo afirma promover.
Sin embargo, una vez más el pueblo argentino salió a la calle para demostrar que la democracia, la inclusión y la justicia social no se negocian. La organización popular dio un claro mensaje: en la Argentina no hay lugar para el fascismo.
El pueblo en las calles es invencible y allí nos encontrarán.