La pandemia del COVID 19 vino a trastocar la vida de todas y todos. En el caso de la docencia universitaria, significó el pasaje a la virtualidad, con los consabidos gastos de conectividad y servicios por cuenta de lxs trabajadorxs, y en muchos casos la extensión de la jornada laboral en condiciones domésticas complejas.
Las campañas de vacunación han demostrado ser la mejor -y hasta el momento la única- estrategia de lucha contra la pandemia. Es por ello que su impulso y promoción constituyen una obligación de los estados en aras de velar por la salud de la población y el retorno cuidado.
Como representantes sindicales, hemos solicitado al gobierno porteño, tal como se hizo en otras jurisdicciones, la inclusión del docente universitario en la nómina de los llamados “prioritarios” para recibir la vacuna. Aunque nuestro reclamo fue desconocido, en estos días el Rectorado de la Universidad de Buenos Aires envió una notificación solicitando al personal en relación de dependencia la información respecto de su estado de vacunación y, en caso de esquema incompleto, especificar si se trata de prescripción médica o motivos personales.
Si bien la definición adoptada por la UBA representa un gran avance en materia del cuidado de la salud de la comunidad académica, entendemos que debe ser acompañada por una fuerte campaña de difusión que inste a las y los trabajadora/es a completar el esquema de vacunación correspondiente.
En este sentido, celebramos la presentación del proyecto de la legisladora Lucía Cámpora -que oportunamente nos participó de su redacción- exhortando al Gobierno de Horacio Rodríguez Larreta a implementar una campaña de vacunación en coordinación con las Universidades Nacionales que tienen sede en el distrito de CABA, e instalar vacunatorios dentro de los establecimientos educativos o en sus alrededores para promover un retorno a la presencialidad más segura en el ámbito de la educación superior.
Accedé al proyecto acá: https://bit.ly/PDVacunatoriosUUNN