El viernes 30 de julio nos encontramos en una nueva clase abierta del Padoc a cargo de Ana Arias (Trabajadora social y Doctora en Ciencias Sociales. Profesora regular UBA y UNLP) y Daniela Perrotta (Secretaria de Desarrollo y Vinculación Institucional Universidad Nacional de las Artes).
Al inicio de la charla, Ana Arias propuso pensar la pandemia a partir de la capacidad de los actores y actrices de organizar el contexto, así como la idea de los analizadores sociales que nos permiten ver aquello que se encuentra velado. Desde esta perspectiva, la pandemia nos motiva a debatir nuestra universidad y las formas de habitarla. Para ello es necesario “evitar la nostalgia de lo de siempre” y atender a las consecuencias inmediatas de la “virtualización de emergencia”.
Del mismo modo, se evidenció la necesidad de adoptar nuevas formas de trabajo al interior de las cátedras, dada la impericia de la separación entre teóricos y prácticos para organizar los contenidos didácticos.
Se puso en tensión a la mal llamada extensión universitaria cuyas actividades, apoyadas en una lógica de pequeño proyecto y vínculos inestables, fueron suspendidas por la pandemia. Por ello, es un desafío de la universidad pospandemia pensar la vinculación territorial desde programas institucionalizados.
Por otra parte, debemos prevenir el error de considerar que esta virtualización se encuentra asociada a la accesibilidad desde el consumo, mientras que la presencialidad se trata de una accesibilidad relacionada con la educación superior como derecho básico universal. Esta falsa dicotomía nos impide construir una mirada activa que nos permita «volver a las aula de manera más reflexiva, donde se nos cuide a lxs trabajadorxs y a lxs estudiantes y se descrea de algunas rigideces con las que organizamos nuestras prácticas».
Daniela Perrota señaló que aun estamos inmersxs en el proceso, por lo que se nos dificulta abordar el problema del impacto de esta pandemia, que excede la cuestión sanitaria, expresa la crisis del capitalismo mundial y extractivista y la falta de consensos globales para dar respuestas multilaterales.
La universidad como espacio de reflexión de saberes en articulación con el Estado, el ambiente y el territorio, tiene un rol clave. Al mismo tiempo, se trata de una institución de formación que se encuentra en crisis y necesita plantearse la escala de su intervención. «Lo global que se presentó negativamente puede servir para ayudarnos a construir otras articulaciones a nivel regional y global para pensar lo universitario» explicó.
Por otro lado, fue necesario adoptar estrategias para un rápido paso a la virtualización y mitigar la brecha tecnológica. En cuanto a la investigación, la universidad no solo produjo test y vacunas sino que también generó estudios sobre el impacto social de la pandemia y contenidos para la prevención y el acompañamiento. De este modo se revalorizó el rol de la universidad en plena tensión con el movimiento antivacuna.
“La pospandemia es un desafío para todos nuestros países, pero en Argentina debemos preguntarnos no solo por el sujeto político que se forman en nuestras universidades, sino también abordar en clave de soberanía y de autonomía nacional los contenidos que se generan.” concluyó.
Mirá la charla en: