Con un auditorio colmado, CONADU entregó ayer el reconocimiento “Mauricio Amílcar López” a Taty Almeida, referente de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, por la lucha y el compromiso en defensa de los derechos de las trabajadoras y los trabajadores y de la democracia.
Carlos De Feo, Secretario General de CONADU, abrió el acto en un clima de gran emoción: “Hacemos entrega de este primer Mauricio Amílcar López con toda y total justicia, porque para nosotros Taty y sus compañeras de Madres de Plaza de Mayo son nuestras Madres”.
Estuvieron presentes docentes universitarios de los distintos gremios de base, referentes internacionales de la educación, organismos de derechos humanos, representantes de organizaciones sindicales, y del Comité Nacional por la Libertad de Milagro Sala. También, los diputados nacionales Horacio Pietragalla y Hugo Yasky, entre otras personalidades.
Para Taty Almeida se reconoce la lucha inclaudicable de Madres, Abuelas y familiares: “Además, la alegría por el nombre del premio: este Mauricio sí vale. Era docente y lo desaparecieron por ser militante político. Estoy conmovida y feliz”.
Reconocimiento “Mauricio Amílcar López”
Mauricio Amílcar López nació en Bahía Blanca y se crió en Mendoza. Estudió Filosofía en la Universidad Nacional de Cuyo, en la que fue profesor de Introducción a la Filosofía. Secretario del Primer Congreso Nacional de Filosofía convocado por Juan Domingo Perón en 1949, en su actuación posterior como Secretario General del Consejo Mundial de Iglesias, en Suiza, estableció vínculos que a partir de 1973 le permitieron organizar el tránsito de Chile a Mendoza de miles de refugiados que huían de la dictadura pinochetista. Autor de diversos libros y Doctorado en Filosofía en La Sorbona, fue el candidato de la tendencia revolucionaria del peronismo para encabezar como primer Rector el proceso de creación de la Universidad Nacional de San Luis. Ya en el cargo, constituyó un gabinete amplio e impulsó un modelo de institución del que se destaca la representación simétrica de todos los claustros, incluyendo el de no docentes; la departamentalización de la Universidad; y la generación de una serie de espacios y experiencias orientados a profundizar los vínculos con el contexto social y territorial como, por ejemplo, la planta piloto de medicamentos.
A López lo secuestraron de su domicilio la madrugada del 1 de enero de 1977. Tenía cincuenta y siete años. Robaron sus objetos personales y dejaron sus libros tirados en el piso. Seis meses más tarde, fue visto en el Centro Clandestino de Detención de Las Lajas, comandado por la Fuerza Aérea Argentina. El 20 de septiembre de 2018 el responsable de su desaparición, torturas y homicidio, el ex comodoro Juan Carlos Santa María Blasón, fue condenado a prisión perpetua.
“Para nosotros Mauricio López es un importante referente de la docencia universitaria. Compañero desaparecido durante la última dictadura cívico-militar que dio su vida en defensa del modelo de universidad por el que nosotros también militamos ahora. Los años de lucha contra la impunidad, las sentencias a los genocidas y sus cómplices civiles, pero fundamentalmente la condena social contra los delitos de lesa humanidad han formado un acumulado que nos permite pararnos desde otro lugar y, en este sentido, los docentes universitarios también logramos un gran aprendizaje que llevamos a los sindicatos, a las calles y a las aulas. Hoy podemos decir con seguridad que la universidad es un espacio donde se enseña y se construye memoria, verdad y justicia”, señaló Avelina Alonso, Secretaria de Derechos Humanos de CONADU.