Desde Feduba queremos recordar al querido Eduardo Galeano a través de un repaso por su vida y sus obras.
Nació el 3 de septiembre de 1940 en Montevideo en el seno de una familia de clase alta y católica con ascendencia española, inglesa y alemana. Se inició en el periodismo publicando dibujos y caricaturas políticas con el seudónimo de Gius en el semanario El Sol. Trabajó como mensajero, peón, cobrador, taquígrafo y cajero de banco. Fue redactor jefe (1960-1964) del semanario Marcha y director del diario Época.
En el año 1973 cuando el presidente Bordaberry cedió parte del poder político a las Fuerzas Armadas, se exilió en la Argentina, donde dirigió la revista Crisis. En 1976 se traslada a España y regresa a su país en 1985, cuando Julio María Sanguinetti asume la presidencia.
Fue galardonado con el premio Casa de las Américas en 1975 y 1978; Premio del Ministerio de Cultura del Uruguay 1982, 1984, 1986, y el premio Aloa de los editores daneses en 1993. En 1999, fue el primer escritor galardonado por la Fundación Lannan (Santa Fe, USA) con el premio a la libertad cultural; Premio Stig Dagerman 2010 y Premio Alba de las letras 2013.
En 2004, Galeano dio su apoyo a la alianza Frente Amplio encabezada por Tabaré Vázquez. En 2005, junto a Tariq Ali y Adolfo Pérez Esquivel, entre otros, se une al comité consultivo de la reciente cadena de televisión latinoamericana TeleSUR, y en enero de 2006, junto a Gabriel García Márquez, Mario Benedetti, Ernesto Sabato, Carlos Monsiváis y Pablo Milanés, entre otros, demanda la soberanía para Puerto Rico firmando en la proclamación de independencia.
En abril de 2009, el presidente venezolano Hugo Chávez entregó una copia de «Las Venas Abiertas de América Latina» al presidente estadounidense Barack Obama durante la 5ª Cumbre de las Américas, celebrada en Puerto España, Trinidad y Tobago.
Se casó tres veces, primero con Silvia Brando, con quien tuvo una hija, después con Graciela Berro Rovira con quien tuvo dos hijos y finalmente con Helena Villagra.
Entre sus libros se destacan: Los días siguientes (1963), Las venas abiertas de América Latina (1971), que desde su publicación se ha convertido en un clásico de la literatura política latinoamericana, Días y noches de amor y de guerra (1978) y Memorias del fuego (1986), trilogía que combina elementos de la poesía, la historia y el cuento, y que la conforman Los nacimientos (1982), Las caras y las máscaras (1984) y El siglo del viento (1986), y que fue premiada por el Ministerio de Cultura de Uruguay y también con el American Book Award, distinción que otorga la Washington University.
En febrero de 2007 fue operado y recibe tratamiento para combatir un cáncer de pulmón. Eduardo Galeano falleció el lunes 13 de abril de 2015, a los 74 años de edad, en Montevideo.
«Las madres de Plaza de Mayo»
Mujeres paridas por sus hijos, son el coro griego de esta tragedia.
Enarbolando las fotos de sus desaparecidos, dan vueltas y vueltas a la pirámide,
ante la rosada casa de gobierno, con la misma obstinación con que peregrinan por
cuarteles y comisarías y sacristías, secas de tanto llorar, desesperadas de tanto
esperar a los que estaban y ya no están, o quizás siguen estando, o quién sabe:
—Me despierto y siento que está vivo —dice una, dicen todas—. Me voy
desinflando mientras pasa la mañana. Se me muere al mediodía. Resucita en la
tarde. Entonces vuelvo a creer que llegará y pongo un plato para él en la mesa,
pero se vuelve a morir y a la noche me caigo dormida sin esperanza. Me despierto
y siento que está vivo.
Las llaman locas. Normalmente no se habla de ellas. Normalizada la situación,
el dólar está barato y cierta gente también. Los poetas locos van al muere y los
poetas normales besan la espada y cometen elogios y silencios. Con toda
normalidad el ministro de Economía caza leones y jirafas en la selva africana y los
generales cazan obreros en los suburbios de Buenos Aires. Nuevas normas de
lenguaje obligan a llamar Proceso de Reorganización Nacional a la dictadura militar.
Extraído de Memoria del fuego III, El siglo del viento, de E. Galeano.
«Sobre Galeano»
El escritor uruguayo Daniel Chavarría recuerda a Eduardo Galeano.
Diversos periodistas me han pedido opinar sobre el lamentable deceso de Galeano. Mi precaria salud no me permite atender a todos, y he optado por escribir, de momento, estas pocas líneas para darlas a mis amigos de la prensa.
Galeano fue un periodista precoz que a los 15 o 16 años se dio a conocer en El Sol, órgano del Partido Socialista de Emilio Frugoni, un adherente a los postulados de la Segunda Internacional. Yo era 8 años mayor que Galeano, y lo despreciaba a él, a Frugoni y a la Segunda Internacional pues como militante comunista estaba persuadido de que el futuro de la humanidad lo aseguraba el movimiento obrero mundial, bajo la capitanía de la Unión Soviética y del camarada Stalin. Y a toda la izquierda uruguaya que se opusiera a la Unión Soviética, yo y mis camaradas los considerábamos agentes de la burguesía.
La historia ha demostrado el error de nuestro entusiasmo y el acierto de Galeano en sus críticas. Pero yo no me arrepiento de mi ingenuidad y me honro del desinterés y la entrega con que actué.
A Eduardo Galeano, cuyo primer apellido era Hughes, pronunciado Jius, y así se lo llamaba en Montevideo, comencé a respetarlo después de la Revolución Cubana, que cambió mis perspectivas políticas y me indujo a preferir la lucha armada al obrerismo mundial. Ya leía sus artículos con mayor interés, y cuando publicó Las venas abiertas de América latina me convencí de su enorme talento comunicador, y empecé a enorgullecerme de que fuera mi compatriota. Y hace ahora unos tres años, cuando acopiaba información para escribir mi ya publicada biografía de Raúl Sendic, el legendario fundador de la guerrilla tupamara, que también militó en el Partido Socialista de Frugoni, se acrecentó mi aprecio por Galeano.
Fue un gran amigo de Sendic, y mientras el valeroso héroe andaba prófugo de la policía y el ejército por la periferia fronteriza del país, Galeano se arriesgó muchas veces a caer preso o a que lo mataran por visitarlo en sus móviles escondites.
Chau Jius. Estoy muy conmovido con tu partida. Fuiste un buen novelista y poeta, un militante honrado, y un excepcional periodista. Tu obra nos enaltece a todos los latinoamericanos. Junto con Benedetti, hoy te situamos entre lo mejor de la cultura uruguaya.
Más recursos
Obras completas de Eduardo Galeano: http://bit.ly/1OrAASa
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