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Aumento del Salario Mínimo Vital y Móvil: el análisis del CIFRA

A fines de agosto se dio a conocer el aumento del Salario Mínimo, Vital y Móvil. La CTA participó de la firma de este acuerdo y Ana Laura Fernández, economista del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA), explica la importancia y los alcances del SMVM.

“Como sabemos, se dio a conocer la noticia de la implementación a partir del mes de septiembre de un incremento en el salario Mínimo Vital y Móvil, acordado por el Consejo del Salario Mínimo Vital y Móvil. Eso llevó a discusiones en torno a si el valor representa un retroceso o un avance para los trabajadores, pero antes de entrar en ese tema vamos a hacer algunos comentarios generales sobre qué representa la institución del Salario Mínimo y la importancia de esta herramienta en términos de mejoras para los ingresos de los trabajadores.

“En primer lugar, el Salario Mínimo, Vital y Móvil es una institución de regulación del mercado de trabajo, en el sentido amplio, que es fijada a través de acuerdos del Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil. El Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil es un ente tripartito del que participan representantes de las empresas, de los trabajadores y del Estado. El Salario Mínimo marca un nivel inferior por debajo del cual no deberían encontrarse los salarios de los trabajadores.

En este sentido, sirve no sólo de guía sino de regla para establecer por debajo de qué monto nadie debería trabajar. Sin embargo, en términos de implementación esto no afecta a todos los trabajadores porque va a tocar solamente a aquellos que estén en relaciones laborales formales, registrados y en relación de dependencia. Quienes no son alcanzados por esta norma formalmente son los asalariados no registrados, los que conocemos habitualmente como trabajadores en negro, y los trabajadores independientes. Es decir que alcanza a aquellos que están dentro de la Ley de Contrato de Trabajo. Sin embargo, muchas veces se plantea que aún esos salarios mínimos, aunque no afecten legalmente a los trabajadores que estén por fuera de esa protección legal, también se ven afectados porque marca un límite de lo que es socialmente aceptado como el salario mínimo. Y en un marco en el cual el mercado de trabajo se encuentra en condiciones mucho mejores que en años anteriores, con bajas tasas de desocupación, los trabajadores, aún quienes que no están cubiertos por las leyes laborales o por los acuerdos de las negociaciones paritarias tienen más poder de negociación y ese salario incluso podría servir como una guía acerca de qué es lo mínimo que un trabajador debería aceptar como salario. Sin embargo, esto va a depender de la capacidad de presión individual, en el caso de estos trabajadores.

“Y, en el caso de los trabajadores amparados por la legislación, básicamente los asalariados registrados en el sistema de seguridad social, esto sí constituye un mínimo legal. Esa es la discusión del alcance por fuera del mercado de trabajo formal para los trabajadores. Sin embargo, hay también discusiones acerca de cómo afecta los niveles del salario mínimo al conjunto de los trabajadores alcanzados por la legislación laboral. El salario mínimo tiende a mejorar la distribución de los ingresos entre los trabajadores porque, justamente, es una forma de defender los ingresos de los que tienen menos capacidad de presión o negociación, dado que quienes tienen estas posibilidades de negociar salarios mejores no necesitan de ese piso.

“Cabe señalar que en Argentina no todos los salarios están regulados por este salario mínimo. Es decir, se pone un piso pero no afecta los niveles de los trabajadores que están por encima de ese nivel. En otros países, por ejemplo, en Brasil, hay varios ingresos que están asociados a las negociaciones del salario mínimo y existen categorías de ingresos, por ejemplo, el doble del salario mínimo o tres salarios mínimos que afectan a los ingresos de los trabajadores que tienen salarios mayores pero también a los ingresos del sistema jubilatorio. Las jubilaciones también están asociadas al salario mínimo. En el caso argentino eso no es así, porque es una medida que afecta fundamentalmente a los trabajadores que tienen menores ingresos. Es una importante herramienta para los trabajadores para mejorar la distribución de los ingresos al mejorar la situación de los que están más relegados.

“A partir del año 2004 el salario mínimo se recuperó en nuestro país como un instrumento tendiente a lograr estas mejoras. Durante los años anteriores, si bien existía un salario mínimo y debía cumplirse, su nivel en relación a toda la economía era tan bajo que prácticamente no era operativo. Durante muchos años estuvo fijo en 150 pesos. Actualmente el salario mínimo se encuentra cercano a la mitad del salario promedio de la economía, lo cual implica que sí tiene incidencia sobre los trabajadores de menores ingresos. Si bien podría representar un porcentaje mayor, en cuyo caso los efectos serían todavía mayores, en este momento se puede hablar de un salario mínimo que es operativo y que tiene incidencia sobre la situación de los trabajadores.

“Durante esta etapa posterior a la convertibilidad a partir del año 2003, el Salario Mínimo atravesó varios incrementos. Primero, impulsados desde el Gobierno y luego a partir de la nueva conformación del Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil que implicaron aumentos sucesivos no solo en el nivel del salario, el monto que implica ese Salario Mínimo sino también en términos del poder adquisitivo de ese salario, es decir de cuánto puede comprar un trabajador con ese salario mínimo. Esto depende no solo del nivel del salario si no de la evolución de los precios.

“Durante los últimos años lo que vimos fue una recuperación del poder adquisitivo muy importante en relación a lo que sucedía antes. En los últimos años, a partir del año 2007, con la aceleración del ritmo de crecimiento de los precios, el salario mínimo fue quedando un poco relegado. Eso significa que los sucesivos aumentos del salario que se fueron dando representaron para los trabajadores la posibilidad de recuperar el poder adquisitivo que iban perdiendo entre una instancia de negociación y otra, debido al aumento de los precios, pero no ya a aumentos en su poder adquisitivo. De hecho, el último acuerdo que representa un incremento del salario mínimo que va a ser escalonado, que era hasta el mes pasado de 2300 pesos, ahora pasa a ser 2670 a partir de septiembre y en febrero va a pasar a ser de 2875 pesos.

“Este último incremento representa, en el caso del aumento que se va a dar en febrero, apenas un mantenimiento y una pequeña pérdida en el poder adquisitivo del salario mínimo, si se lo compara con el año pasado. Es decir, que a partir de este primer aumento, lo que van a poder comprar los trabajadores con este salario mínimo, es un 5% menor de lo que podían comprar hace exactamente un año, o sea un mantenimiento del poder adquisitivo. Sin embargo, el incremento pactado para febrero del año que viene, si la inflación se sostiene a los niveles a los que estamos actualmente, va a representar una mejora. Es decir, entre septiembre y enero, el salario va a aumentar más de lo que aumentaron los precios. Esto ocurre en un contexto en el cual la economía mundial atraviesa una crisis importante que también está golpeando a la economía nacional.

“En ese sentido, este nuevo acuerdo del salario mínimo que permite sostener el poder adquisitivo de los trabajadores que tienen los menores ingresos, representa una diferencia importante con lo que está sucediendo en otros países, en este marco de crisis internacional, dado que mientras que en otros países están recortando los derechos de los trabajadores, en nuestro país se está intentando mantener y sostener su capacidad de compra a través de medidas como esta, lo cual permite subrayar la importancia de este instrumento para los trabajadores».

Fuente: CTA.