A continuación reproducimos la nota, publicada el 9 de febrero en el diario Tiempo Argentino, escrita por el Secretario de Prensa de FEDUBA Lisandro M. Teszkiewicz, quien además es abogado, sobre el fallo del Tribunal Supremo de España que inhabilita por 11 años al juez Baltasar Garzón.
Como cantaban Los Redonditos de Ricota, “si esta cárcel sigue así, todo preso es político”. Por Lisandro M. Teszkiewicz
“Si esta cárcel sigue así, todo preso es político” cantaban los Redonditos de Ricota a finales de la década de los ’80, cosa que sabíamos y sabemos todos los que nos dedicamos a defender los derechos de nuestros conciudadanos.
Políticos son todos los encarcelados porque políticas son las instituciones que deciden qué conducta es delictiva y cuál no. Político es el Parlamento que sanciona las leyes. Político es el Poder Ejecutivo que las implementa. Y política es la judicatura que interpreta las leyes sancionadas por el Parlamento, la forma de implementación del Poder Ejecutivo y finalmente, la adecuación o no a esas leyes, de la conducta de todos y cada uno de los ciudadanos.
Con su fallo de ayer la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo del Reino de España nos recuerda que no sólo toda cárcel es política, sino que mucho antes que ello, todo fallo, es decir, toda resolución judicial es política.
Políticas fueron las decisiones adoptadas por Baltasar Garzón cuando, desde el Juzgado Central de Instrucción N° 5 de la Audiencia Nacional, resolvió que la jurisdicción internacional de los Crímenes de Lesa Humanidad, establecida por los Tratados fundantes del Sistema Internacional de protección de los Derechos Humanos, significaba que un juez de instrucción español podía juzgar los delitos cometidos por dictadores sudamericanos, primero contra ciudadanos españoles y luego contra sus propios conciudadanos. Políticas fueron aquellas definiciones que permitieron juzgar hasta a un ministro del Interior de la Socialdemocracia por la represión ilegal al separatismo vasco. Políticas fueron las decisiones que permitieron investigar el llamado caso Gürtel y sus 71 imputados por blanqueo de capitales, fraude fiscal, cohecho y tráfico de influencias relacionados al Partido Popular, actualmente en el poder. Políticas fueron las decisiones que llevaron a ordenar la captura internacional de Augusto Pinochet. Y por sobre todas las cosas, políticas fueron las decisiones que llevaron a declarar la imprescriptibilidad de los crímenes cometidos por el franquismo, durante y una vez finalizada la Guerra Civil Española (1936-1939).
¿Fueron decisiones ilegales? No, fueron políticas.
Y político es el fallo de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo del Reino de España, que no inhabilita para el ejercicio de la magistratura a un Juez que soliviantó garantías constitucionales al intervenir las conversaciones de los imputados de una causa, sino que excluye del ejercicio de la Judicatura en España, pero también en los Tribunales internacionales donde hoy había encontrada un lugar, al Juez capaz de recordarle a los Estados miembros de la Unión que los crímenes cometidos por el terrorismo de Estado no prescriben ni se indultan, ni se amnistían, aun cuando los cometan Estados Europeos.
La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo del Reino de España separa de la institución Judicial Ibérica al juez capaz de sostener que la pertenencia al partido gobernante no presta carta de impunidad para el lavado de dinero, el fraude fiscal y la coima.
La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo del Reino de España excluye de la judicatura europea al Juez capaz de decirles a los poderosos que el Estado de Derecho no persigue a los disidentes políticos con bandas parapoliciales como los GAL.
Y la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo del Reino de España toma esta decisión política cuando la Unión Europea se debate en la aplicación de un ajuste económico salvaje, y apronta a sus fuerzas de seguridad, e incluso de defensa, para implementar las medidas represivas que resulten necesarias para el éxito de ese ajuste antipopular.
Entonces, la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo del Reino de España viene con su fallo a recordarnos que, como cantaban los Redondos, “si este ajuste sigue así, todo fallo es político”.
Fuente: Tiempo Argentino, 9 de febrero de 2012.